Marruecos

"Donde fueres haz lo que vieres" y Marruecos no es la excepción. Recuerda que es un país musulmán, por lo que tendrás que adaptarte a sus costumbres, como por ejemplo cubrir tus hombres y rodillas en zonas públicas. Pero hablemos de su diversidad geográfica:

Desde las dunas del Sáhara hasta los picos del Alto Atlas, el Rif, las cordilleras que llevan hasta los oasis del Sáhara, las montañas de Marruecos ofrecen placeres sencillos: cielos nocturnos refulgentes y vistas sobre suaves bancos de nubes . En zonas más bajas se hallan costas escarpadas, cascadas y cuevas en colinas boscosas y el desierto. Estos lugares invitan a seguir las huellas seculares de nómadas y comerciantes hasta el corazón ancestral de ciudades como Fez, con el laberinto de callejones de su medina, a Yamaa el Fna, en Marrakech y su carnavalesco teatro callejero.

Las medinas son las antiguas ciudades y están habitualmente rodeadas de murallas y torres. No dudes en perderte por sus laberínticas y angostas callejuelas, en las que se mezclan las viviendas tradicionales de la gente local con mezquitas, jardines, zocos y madrazas; ofreciendo un espectáculo único en el mundo.

Deja que el embrujo de Marruecos te seduzca y volverás a casa enamora de un país y cultura increíbles.